El maravilloso sonido de las voces de los Coros del Liceo y de la Universidad de Valparaíso en una armonía perfecta con la Orquesta y el Conjunto Instrumental Andino del Liceo enmarcados por la gracia y la belleza del conjunto de Danza Folklórica del liceo emocionó a los asistentes y sus repercusiones a través de las redes sociales ya se han dejado sentir profusamente.
Fuimos testigos , asimismo, de la sencillez y calidad del profesor Andrés Olivares director del Conjunto instrumental andino, quien consiguió acoplar maravillosamente el sonido de sus instrumentos con las armonías de la orquesta del Conservatorio de la Católica.
Ni hablar de Ximena Soto dirigiendo el magnífico Coro de la Universidad de Valparaíso, y luego reforzando con su voz la obra central del concierto.
La actuación del Conjunto de danza Folklórica dirigido por Marta Pereira, quien debió, junto a la coreógrafa Katherine Merino, reestructurar en tiempo record sus rutinas - dado las dificultades del escenario- fue el complemento justo para conseguir una actuación redonda, emocionante e inolvidable.
Fuimos protagonistas de la concreción de un sueño de una brillante maestra, un ejemplo entre sus pares, alto profesionalismo, luchadora, exigente, motivadora, quien se propuso la difícil misión de interpretar la obra de Horacio Salina y Patricio Manns.
Ya tendremos tiempo de conocer el verdadero esfuerzo que hay que desarrollar, sin los medios de las grandes producciones, para llegar a realizar un concierto de una obra de la dimensión y la complejidad de la “Cantata La Rosa de los Vientos” no basta el profesionalismo, es necesario mucho pero mucho coraje, compromiso, dedicación, paciencia, consecuencia y la seguridad suficiente para impedir que el pesimismo que abunda en todos los ambiente mine el espíritu y aparte al conjunto del objetivo propuesto.
En lo que a nosotros compete, como facilitadores, apoyadores, nos obliga a emplearnos a fondo, con la diferencia que muchas veces neófitos, y malamente preparados para eventos de esta dimensión debemos ser más fuertes para vencer la fuerza increíble de las inercias que sumergen a cada quien en sus rutinas y sus problemas, particularmente esa suerte de ceguera que impide ver que hay miles y miles de ex alumnos que quieren aportar a su viejo liceo. También ser capaces de vencer los temores, la vergüenza de decirle a los exitosos profesionales formados en el liceo: ¡Hey, Amigo hoy día el liceo te necesita!
Hay quienes piensan que para lo único que sirven las organizaciones de ex alumnos es para sentarse apoltronadamente a recordar los viejos tiempos, de verdad no veo que tiene eso que ver con el verdadero legado de Eduardo de la Barra
Este Concierto demostró de manera inequívoca la enorme calidad del Coro del liceo Eduardo de la Barra, no hay registro en la historia del liceo por lo menos que yo sepa en los últimos 60 años de un coro, de la calidad y el prestigio de Coro dirigido por esta enorme Directora: Doña Ana María Pietrantoni Jara.
Fuimos testigos del entusiasmo de la Subdirectora del Liceo, Lorena Cortez directora suplente, acompañada de Don Sergio Pizarro Inspector General del Liceo, y la totalidad de la plana mayor del liceo, hecho inédito en los años de presentación del coro en múltiples conciertos.
Sientimos que el esfuerzo y la dedicación de la Maestra Pietrantoni marca un camino, y si todos aportamos podríamos, con mucho esfuerzo sin duda, intentar en ayudar que el Liceo recupere el sitial que su historial le exige.
Estas iniciativas en si constituyen un apoyo real al mejoramiento de un aspecto de la educación, sin hablar de la propuesta concreta a jóvenes adolescentes de una actividad de crecimiento inigualable, lejos de todas las desviaciones que ofrece la sociedad moderna: droga, delincuencia, indolencia social, etc.
El Homenaje que se efectuó ayer marca un promisorio comienzo.
Creo que los ex alumnos tienen la gran oportunidad de aprovechar este tipo de actividades para fortalecerse y sobretodo permitir que decenas de ex alumnos nos ayudemos a extender el legado de don Eduardo de la Barra Lastarria.
La calidad de los intérpretes y sus directores hacía imposible que esto no sonara como sonó. La Dirección General a cargo del Maestro Gonzalo Venegas, consiguió una interpretación de los distintos conjuntos participantes afiatada, armónica y convincente.
Fuimos testigos , asimismo, de la sencillez y calidad del profesor Andrés Olivares director del Conjunto instrumental andino, quien consiguió acoplar maravillosamente el sonido de sus instrumentos con las armonías de la orquesta del Conservatorio de la Católica.
Ni hablar de Ximena Soto dirigiendo el magnífico Coro de la Universidad de Valparaíso, y luego reforzando con su voz la obra central del concierto.
La actuación del Conjunto de danza Folklórica dirigido por Marta Pereira, quien debió, junto a la coreógrafa Katherine Merino, reestructurar en tiempo record sus rutinas - dado las dificultades del escenario- fue el complemento justo para conseguir una actuación redonda, emocionante e inolvidable.
Fuimos protagonistas de la concreción de un sueño de una brillante maestra, un ejemplo entre sus pares, alto profesionalismo, luchadora, exigente, motivadora, quien se propuso la difícil misión de interpretar la obra de Horacio Salina y Patricio Manns.
Ya tendremos tiempo de conocer el verdadero esfuerzo que hay que desarrollar, sin los medios de las grandes producciones, para llegar a realizar un concierto de una obra de la dimensión y la complejidad de la “Cantata La Rosa de los Vientos” no basta el profesionalismo, es necesario mucho pero mucho coraje, compromiso, dedicación, paciencia, consecuencia y la seguridad suficiente para impedir que el pesimismo que abunda en todos los ambiente mine el espíritu y aparte al conjunto del objetivo propuesto.
En lo que a nosotros compete, como facilitadores, apoyadores, nos obliga a emplearnos a fondo, con la diferencia que muchas veces neófitos, y malamente preparados para eventos de esta dimensión debemos ser más fuertes para vencer la fuerza increíble de las inercias que sumergen a cada quien en sus rutinas y sus problemas, particularmente esa suerte de ceguera que impide ver que hay miles y miles de ex alumnos que quieren aportar a su viejo liceo. También ser capaces de vencer los temores, la vergüenza de decirle a los exitosos profesionales formados en el liceo: ¡Hey, Amigo hoy día el liceo te necesita!
Hay quienes piensan que para lo único que sirven las organizaciones de ex alumnos es para sentarse apoltronadamente a recordar los viejos tiempos, de verdad no veo que tiene eso que ver con el verdadero legado de Eduardo de la Barra
Este Concierto demostró de manera inequívoca la enorme calidad del Coro del liceo Eduardo de la Barra, no hay registro en la historia del liceo por lo menos que yo sepa en los últimos 60 años de un coro, de la calidad y el prestigio de Coro dirigido por esta enorme Directora: Doña Ana María Pietrantoni Jara.
Fuimos testigos del entusiasmo de la Subdirectora del Liceo, Lorena Cortez directora suplente, acompañada de Don Sergio Pizarro Inspector General del Liceo, y la totalidad de la plana mayor del liceo, hecho inédito en los años de presentación del coro en múltiples conciertos.
Sientimos que el esfuerzo y la dedicación de la Maestra Pietrantoni marca un camino, y si todos aportamos podríamos, con mucho esfuerzo sin duda, intentar en ayudar que el Liceo recupere el sitial que su historial le exige.
Estas iniciativas en si constituyen un apoyo real al mejoramiento de un aspecto de la educación, sin hablar de la propuesta concreta a jóvenes adolescentes de una actividad de crecimiento inigualable, lejos de todas las desviaciones que ofrece la sociedad moderna: droga, delincuencia, indolencia social, etc.
El Homenaje que se efectuó ayer marca un promisorio comienzo.
Creo que los ex alumnos tienen la gran oportunidad de aprovechar este tipo de actividades para fortalecerse y sobretodo permitir que decenas de ex alumnos nos ayudemos a extender el legado de don Eduardo de la Barra Lastarria.
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